Runa simi, la ópera prima del cineasta peruano Augusto Zegarra, se estrenará mundialmente en la competencia documental de la 24a. edición del Festival de Tribeca, del 4 al 14 de junio, en la ciudad Nueva York, siendo la primera vez que un documental peruano compite en el festival.
Posteriormente, la película se estrenará en Europa en la competición por el Premio del Jurado Joven en el 32o. Sheffield DocFest, del 18 al 23 de junio, en el Reino Unido, seguido de su estreno en Latinoamérica en la competencia Iberoamericana de documentales en el 40o. Festival Internacional de Cine de Guadalajara del 6 al 14 de junio en México.
Esta gozosa película, producida ejecutivamente por Benjamín y Peter Bratt, narra la historia de Fernando Valencia, un locutor de 29 años de Cusco, en los Andes peruanos, quien también es activista indígena, pintor y devoto padre soltero de Dylan, su animoso hijo de ocho años.
Conocido por su asombrosa capacidad para dar voz a múltiples personajes, Fernando lanzó Quechua Clips, un proyecto viral que reimagina escenas animadas icónicas en quechua, la lengua ancestral de los incas, también conocida como runa simi. La respuesta fue abrumadora: millones de quechuahablantes, sedientos de historias en su propia lengua, celebraron la iniciativa.
Impulsado por esta oleada de apoyo, Fernando fija su mirada en un sueño ambicioso y quijotesco: doblar al quechua el clásico de Disney de 1994, El rey león, con la ayuda de su enérgico hijo. Armado con un estudio casero y una determinación implacable, Fernando atraviesa innumerables altibajos, enfrentándose al rechazo, los contratiempos y las dudas. Sin embargo y a pesar de todo, su convicción no flaquea, y convierte su misión personal en un poderoso llamado a la justicia lingüística y la recuperación cultural.
Runa simi es un retrato alentador y conmovedor de la resistencia, la creatividad y el orgullo cultural, que subraya la urgencia de preservar las lenguas indígenas y el poder transformador de la representación. Con humor, corazón y una determinación inquebrantable, el evocador documental de Zegarra ofrece una mirada esperanzadora hacia un futuro en el que todas las voces cuentan y todas las lenguas tienen un lugar.